Bueno candelarios, ya está aquí la semana en la que se
decidirá quién maneja “nuestra barca”. Aunque un candidato me asegurara el pasado
Martes Santo, que él era el próximo Hermano Mayor y que no importaría quién presentara en otras
candidaturas para que así fuese, pues no tendrían nada qué hacer. El grado de
manipulación necesario para mantener esa afirmación no me esperaba que lo
realizara, pues siempre le he reconocido su cariño y dedicación a la Hermandad
cuándo se le ha reclamado; el tiempo ha demostrado que sí, que se puede usar
todo para persistir en el cargo. Como si simples políticos fuesen y a un partido
político perteneciesen en vez de a una
Institución religiosa. Claro que se pueden programar actividades como no se han
planteado en nueve años de legislatura; reuniones y conversaciones que no se
han tenido en los nueve años e incluso se puede inaugurar, unos días antes de
las elecciones, una Casa Hermandad que
se viene usando desde hace casi un año, y que se presenta como logro de una Junta
de Gobierno y no del esfuerzo de todos los hermanos que la estamos sufragando. Todo
es válido. También usar la mentira y confundir la realidad hasta llevarla a tu
conveniencia. Usar el miedo a situaciones vividas con anteriores Juntas de
Gobierno, aunque en esas anteriores Juntas participaran familiares y amigos en
puestos importantes. Tampoco importa pasar factura de dádivas o favores otorgados,
en estos nueve años, es otra de las brillantes gestiones que se están
realizando e incluso una llamada particular para preguntarme por el estado de
mi hija hospitalizada, he tenido que soportar que viniese precedida de un
mensaje anunciando que esa llamada responde a la actividad propagandística de
una candidatura. Se critica en privado el trabajo realizado por y en las cuadrillas de costaleros, pero al día siguiente se publica un escrito
comparando ese trabajo con el de otras épocas y realizado por otros hermanos,
calificando como sublime y magistral el de ahora y minusvalorando, por tanto,
el de los anteriores.
Es por eso que no me gusta lo que veo. Veo algo muy parecido
a lo conocido ante cualquier plebiscito político. Unas campañas con despliegue
de información en los medios propios de la Hermandad, en los medios de
comunicación y, sobre todo, en las redes sociales. Pero hay mucha mentira en
esas campañas; la primera y principal en los objetivos: Todos perfectamente
vacios, pues sin ánimo de cumplimiento se hacen. Se habla en ellos de figuras
como las Fundaciones, que hoy no tienen sentido dentro de las Hermandades por
la mucha complejidad técnica administrativa que necesitan y lo gravada
fiscalmente que están. Se habla de acuerdos con empresas y se habla de
muchísimas cosas pero se elude hablar de lo importante: LA HERMANDAD Y LOS
HERMANOS. Perdonar lo reiterativo, pero no me canso de repetirlo: hemos
convertido a las Hermandades en clubes sociales sin piscina ni pista de paddle;
la nuestra no es ajena a ello y tanto es así que una de las candidaturas marca
como parte de su programa, de salir elegida, mantener las “berzas candelarias”
como consta en la información enviada de su proyecto de gobierno.
Me desagrada que haya que explicar quienes son los que
concurren como candidatos: se ponen fotos; lo conseguido en la Hermandad, que
se limita en muchos casos a presentar como logros los puestos ocupados en la
cofradía; los años que se llevan pagando una cuota y eso sí: se cuentan muchas
mentiras. Si numeráramos los que dicen ser fundadores de las cuadrillas de
costaleros, seguro que nos saldría un número muy aproximado al de hermanos que en la Hermandad hayan sido
desde 1921. Si el número de hermanos que han colaborado con Priostía, igual que
lo anterior. Si el número de hermanos que colaboran asidua y estrechamente con
las distintas Juntas de Gobierno, más de lo mismo, pero que, además de ser dos
o tres solamente, si no fuesen personas
influyentes o famosas por sus actividades personales y profesionales no las
conocería nadie, pues en nada han participado en la Hermandad salvo para
figurar y posicionarse en la cofradía en función de qué es y no de quién es o
del dinero que haya podido aportar en un momento determinado. No me figuro que
hubiera que presentar, ni poner sus
fotografías si aspirasen a ser Oficiales de Junta, para que se conociesen si
esos hermanos se llamaran: Manolo Luque; Rafael Reina; Manolo Campos; Antonio
Jiménez; Mª Teresa Chico; Eduardo González de la Vega; Juan o Pura Fernández de
la Cruz; Blanca Ybarra; Ramón Ybarra; muchos otros Ybarra; Eduardo Martín; Pepe
Rodríguez; Paco Ruiz; los Valpuesta; Diego
Gallardo; Afrodísio Sanz; Salvi Reina; Antonio Paz; Joaquín Pinilla; Juan
Zorrilla; Paquillo Muñoz; Antonio Durán,
José Antonio Núñez; Pepe Femenías; los
Alé; los Charlo; los Algarín; los Liger; José Mª García; el Padre Manuel Gómez;
Luis Roca; eso por hablar solo de algunos de los muchos que fueron y evitar
nombrar a los vivos pues sé positivamente que muchos se sentirían ofendidos de
que se aireara el trabajo y dedicación que siempre han dedicado y siguen
dedicando a la Hermandad desde el anonimato y el amor que le tienen.
Tenemos que votar con el corazón y con la cabeza. No nos
debemos dejar llevar por el egoísmo, ni por el bienestar, ni por la
satisfacción que nos puede proporcionar el ocupar cierto puesto en la cofradía;
por muy gratificante que sea el mismo y por muy orgulloso que nos sintamos de
realizarlo, no debemos olvidar que es una Estación de Penitencia la que
realizamos el Martes Santo y que el gozo lo debemos buscar en el vivir día a
día nuestra Hermandad; en visitar en la tranquilidad de su Capilla a Nuestras
Sagradas Imágenes; en compartir con el hermano las vivencias del día a día y en
ejercer la verdadera HERMANDAD; no la que está reflejada en nuestras Reglas,
reglamentos y directivas de orden, por el contrario practiquemos la verdadera
HERMANDAD, la que Jesucristo nos enseñó y dio ejemplo de cumplimiento. No
hablemos de Caridad en euros mientras tengamos pendiente de hacer la llamada de
teléfono que sabemos confortará a nuestro hermano aunque no estemos de acuerdo
en su planteamiento o idea. No hablemos de formar a nuestros niños cuando, de
verdad habrá muchos de nosotros que, no seamos capaces de completar una Salve o
realizar un acto de contrición. No presumamos de Casa Hermandad si después no
sabemos acoger al desvalido o no interactuamos con el hermano nuevo y
despistado que nos llega. No hablemos de mejorar y adquirir nuevo patrimonio
mientras no cubramos la máxima parte que podamos de las mínimas necesidades del
prójimo. No nos marquemos objetivos grandes
y vistosos que dependen, y serían compensatorios, de las injusticias
sociales provocadas y permitidas por nuestros políticos y ocupémonos de lo
sencillo de las necesidades de los que tenemos cerca. Dice, con mucha verdad,
una sevillana rociera: “QUE VALE MUCHO MÁS UN BUEN GESTO, QUE UN ROSARIO POR LA
RAYA” seamos humildes en los objetivos pero constantes en su consecución y
cumplimiento. Y principalmente seamos sinceros con nosotros mismos y no
busquemos en la Hermandad nada más allá que poder vestir la túnica de sarga
blanca, ceñida con el cinturón de abacá en su color y las sandalias beige de
dos tiras, pero llevando la conciencia tranquila y la satisfacción de haber hecho
lo máximo posible sin haber tenido que dejar nada ni a nadie en el camino.
Hace tiempo le dije a una persona que en nada me metería y
en nada trataría de interponerme en la Hermandad, mientras él ejerciese el
puesto de gobierno que ocupaba. Creo que he cumplido, aun siendo siete años lo
que ha durado mi compromiso que estaba pensado para dos. No he vivido la
Hermandad, no he participado en Cabildos, convivencias, ni en ningún tipo de acto
programado por Ella. Creo que nadie puede decir que haya tratado de influir en
él ni en su forma de participar y vivir la Hermandad. No he preguntado a ningún
Oficial de Junta por ningún motivo de Hermandad y cuando se me ha querido decir
he dicho que por favor no lo hicieran para no conocer y así evitar el
sufrimiento de no poder vivir lo que es una parte importante de mi vida: LA
HERMANDAD DE LA CANDELARIA.
“YO MI PROMESA HE CUMPLIDO” como canta otra sevillana
rociera, por lo tanto el próximo jueves retomo mi vida de Hermandad y el primer
acto que realice en Ella será votar al nuevo Hermano, o Hermana, Mayor y lo
haré sin resentimiento, sin dolor y sin ánimo de nada que no sea participar en
sus Cultos, frecuentar la Casa Hermandad en las ocasiones que yo necesite o
desee y ayudar en lo que pueda y se me
solicite siempre que esté a mi alcance.
Que Nuestro Padre Jesús de la Salud y su Bendita Madre, en
sus advocaciones de Candelaria y Subterráneo, nos ilumines y guíen para elegir
a los mejores. Participemos y vayamos a votar, cuantos más mejor, eso es lo
único que nos legitimará para poder reclamar si en algo no cumplen lo prometido
e informado en sus programas de gobierno; sin acritud y sin enfrentamiento,
pero con todo el derecho conseguido al ejercer nuestra obligación de elección.
Un abrazo hermanos, el jueves nos vemos en la Hermandad; que
ya es hora, y estoy deseando de conocer mi nueva Casa, seguro que algún Oficial
de Junta estará encantado de enseñármela o, al menos, así lo espero.
1 comentario:
Rafael:
Solo decirte que muchos Candelarios nos vemos reflejados en lo que dices.
Un abrazo
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