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25 sept 2010

SÍ, ELLOS ELIGIERON LA POBREZA EN SU VIDA

Qué hubiesen dicho Francisco Tomás de San Juan Bautista Márquez Sánchez e Isabel Salvat Romero, del montaje que ha organizado nuestra Santa Madre Iglesia en la beatificación de los dos últimos españoles elevados a los altares.

Sí, estos nombres que a casi nadie nos suena de nada, son los que identificaron en el mundo a Fray Leopoldo de Alpandeire y a Madre María de la Purísima. Dos personas que alcanzaron la grandeza y la Beatitud en esta vida por su sacrificio en favor de los demás, dos personas que llegaron a Dios, a través de su desvelo, por ser los más humildes entre los humildes.

Los dos dormían en tarimas de madera; los dos usaron paños burdos para cubrir sus cuerpos; los dos necesitaron poco, de lo poco necesario; los dos fueron limosneros por y para los pobres, aunque sus familias fueran de clase alta en el caso de Ella y de clase media en el de Él.

No han podido ser más insípidos los altares que para ellos han ideado, me figuro que grandes empresas del diseño y montaje de eventos comerciales. No, no era ni la Formula 1 ni tampoco un macro festival de música, eran sencillamente unas BE-A-TI-FI-CA-CIO-NES, nada más y nada menos. No podría haber sido más grotesca la imagen del oficiante, en un sillón de tal tamaño, que parecía salido del cuento de los viajes de Gulliver y, como hablo de dispendio, pienso que se podría haber utilizado en ambos eventos el mismo escenario pues era grande su similitud. Cuánto lujo en las vestimentas de los oficiantes, cuanto uniforme en los voluntarios, cuanto derroche de dinero en una palabra. ¿Qué tenían que ver estas ceremonias con la vida de las personas a las que se estaba rindiendo tributo de honor?

Creo que los únicos dignos en las ceremonias fueron, las Hermanas de la Cruz con la humildad reflejada en sus cabezas agachadas y los Frailes que se vieron poco, a no ser que no los distinguiéramos por ir vestidos de paisano, uso muy normal en ellos.

¿Adonde vamos? ¿Qué queremos que sea nuestra Iglesia? ¿Qué tenemos que ver los actuales cristianos católicos apostólicos y romanos con el Maestro, y principalmente nuestro clero?

El Hijo del hombre hablaba desde las laderas, buscaba espacios abiertos, se preocupaba por el sustento de los asistentes a sus apariciones públicas, era claro y ágil en la condena de las faltas cometidas por lo suyos. Su sucesor habla en palacios, limita las afluencias, es tardo en las respuestas y reformas, y pide “limosnas” que sufraguen sus gastos no sea que se agoten los medios de la Iglesia.

Recapaciten nuestros pastores. Adaptémonos a los nuevos tiempos. Vivamos la fe y la caridad como Él nos enseñó. Busquemos la llegada del Reino de Dios y sintámosla cercana. Dejemos de profesionalizar la religión. Vivamos en el amor al prójimo y no desdeñemos la esperanza de nuestras vidas.
¡Obrando así, no vamos a provocar dudas los católicos!
Hasta otra ocasión.

9 comentarios:

Naranjito dijo...

Querido Rafael, ¿ves por que yo digo que soy medioagnostico?, !ojo!, solo medio. ¿que estarán pensando el bueno de Fray Leopoldo y la Madre María de la Purisima, sentados los dos juntos sobre unas escuetas sillas de enea, viendo todos estos actos?. Seguro que dirán eso de: Señor, ¿por que nos llamastes tan pronto, con la de cosas que nos quedan por hacer?
Un saludo de un medioagnostico, repito, solo medio.

impresiones de una tortuga dijo...

¡Tú fé te ha salvado!, a esa frase me aferro, porque si miro lo que veo y escucho, entonces no hay una manera. Lo del Vaticano, yo no sé cómo encajarlo, pero el ejemplo que está dando el clero ultimamente me lo pone, aún más dificil. He crecido con las mojas y he vivido de cerca esta incoherencia. ¡Qué le vamos ha hacer! la Iglesia nos lleva dando malos ejemplos desde hace muchos siglos. Saludos.

Juanma dijo...

Una vez más con valentía y claridad. Absolutamente agradecible, querido Rafael.

Amén.

Y abrazos.

Lola Montalvo dijo...

Me quito el sombrero ante esta entrada valiente y, lo que creo que es más importante, sentida y sincera. Resumes en esta entrada todo lo execrable de la iglesia de hoy día y todos los valores que debería tener y no tiene.
Besos miles

Anónimo dijo...

Y sin embargo...
Los cristianos no podemos olvidar varias cosas: una, que la Iglesia, el grueso de la Iglesia, somos la gente de a pie, y los mejores, son los miles de humildes siervos que con su silencio y entrega hacen este mundo un poco mejor, ganan la santidad para ellos y para los que no nos implicamos como debieramos. ¿Cuántos de nosotros llegamos a pasar hambre para que coma el negro del semáforo, que bien sabemos que no tiene nada? ¿Cuántos no nos compramos un segundo piso para regalarlo a alguien que de verdad lo necesita, en lugar de "para invertir, para nuestros hijos..."? ¡Es que eso es la perfección, la santidad! Dos, que todos esos figurones en los que estamos pensando, son también humanos... y tendrán que responder algún día ante el mismo Señor que nosotros; quiero decir, que la Iglesia está formada por humanos que yerran mucho, pero Él fue quien decidió que nosotros continuásemos Su obra, y a todos nos pedirán cuentas. Fijémonos, pues, en el buen ejemplo, que lo hay, y mucho a nuestro alrededor. Tres, cuidado con las tretas de los que no son hijos de la luz, porque saben cómo magnificar cualquier defecto de la Iglesia (que, insisto, los tiene, porque está constituida por humanos; sólo la salva la presencia del Espíritu del Dios Vivo, que por otra parte, confió en el hombre por amor). Cuatro, procuro llevar una vida cristiana y no conozco gente tan hipócrita como en todas partes me dicen; lo siento, no la he visto. Sólo pienso que los cristianos debemos hacer un enorme ejercicio de reflexión e intentar aplicarnos el cuento. Con toda probabilidad a mí, que voy a misa, y veo la mota en el ojo ajeno, el Señor me daría un buen sopapo... Bueno no, pero con la cara con que me miraría me moriría de arrepentimiento... Bromas aparte, gracias por dejarme comentar en su blog, y recordemos lo de ser astutos como serpientes, pero sencillos como palomas; humildad, oración, vocación de servicio y caridad, ante todo caridad hacia nuestros hermanos, es lo que nos ha de salvar. Gracias, un saludo.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Naranjito no se puede ser una cosa o la otra en base a los dirigentes de la Iglesia pues ésta somos todos.
A mi desde luego no me aburren, es más, me ayuda a buscar más al Maestro y te reconozco que es enriquecedor.


Lo mismo te digo Tortu que al Naranjito, estamos obligados a seguir y luchar por el cambio.
Hubo Uno que por cambiar llegó a dar su vida por nosotros.


Gracias Juanma, lo malo es que sirve de poco pero ahí seguiré estando.


No Lola, no, de la Iglesia no, de los dirigentes y paniaguados de la Iglesia. No podemos confundirnos.


Tendría mucho que responderle Anónimo, pero no contesto a quien no es capaz siquiera de identificarse con un mote.

Saludos para todos y mi agradecimiento por vuestras visitas y comentarios, incluso para el anónimo.

ANTONIO SIERRA ESCOBAR dijo...

Efectivamente ¿que tienen que ver estos beatos con la pompa y el fasto espectáculo puesto en escena?..ay si ellos hubieran administrado esos gastos, otra oración nos rezarían..Amen

Juan Carlos Garrido dijo...

Me temo que algo de merchandising sí que hay en todos estos actos.

Saludos.

Anónimo dijo...

Don Rafael, le ruego que no se moleste conmigo. El "anónimo" no es nadie que desee esconderse: me llamo Raquel y soy la mujer de Jesús Cotta, pero no tengo costumbre de comentar en los blogs y por eso no tengo una identidad creada. Haciendo uso de la opción que usted permitía como anónimo le envié el comentario y le di a la tecla sin haber puesto nombre, pero en modo alguno pretendía ofender ni molestar. Me gusta su blog, y estoy de acuerdo con mucho de lo que dice, pero quise dejar mi impresión personal y hacer constar que debemos estar alerta (mire usted lo del Cristo de las Penas de Almería). Claro, que la mies es mucha y pocos los trabajadores... Los cristianos vamos a vivir unos tiempos difíciles y tenemos que tener claras las cosas. Sobre los miembros corruptos y quienes malversan los fondos, materiales y morales de la Iglesia... puede figurarse lo que pienso. El Señor sabrá a quién decir lo de "no te conozco". Discúlpeme por esta nueva intromisión, y ya sabe que es libre de borrar este y mi anterior comentario, ya que está usted en su casa. Le agradezco que nos abra la puerta. Un saludo, Raquel.