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15 ene 2009

LAS PRISAS EN LAS HERMANDADES

Hemos logrado llevar a las Hermandades las prisas que, desafortunadamente, están presente en nuestro día a día. Estas prisas nunca viene solas, pues normalmente, son acompañadas por la desazón o frustración de no lograr el objetivo perseguido en el corto plazo.

Esto anterior no se refiere sólo a lo material, sino que desgraciadamente, también, a lo personal: prisa por hacerse con el sitio; prisa por lograr puestos de decisión; prisa por ser influyente dentro de la Institución; prisa por conseguir enseres; prisa, prisa, prisa.....

Si contemplamos la historia de nuestras Hermandades, éstas se han hecho a lo largo del tiempo: y bien orgulloso de ello que nos mostramos cuando cumplimos edad lo suficientemente significativa como para celebrarlos. No digamos nada si hemos logrado que en vez de años, son siglos los llamados a celebrar.

Ahora, por contra, el "ipso facto" es lo que impera. Antes de aprender a ser nazareno ya queremos ser celador o diputado de tramo; antes de aprender a fajarnos o hacernos la "ropa" ya queremos que nos igualen en un costero o, mejor aún, en un zanco; antes de aprender a limpiar un candelero ya queremos fundir la candelería; etc, etc, etc......

Para qué vamos a hablar de adquisiciones. Tenemos que tener a nuestra disposición el mejor taller de bordado, el mejor tallista y dorador, el mejor orfebre, el mejor florista, el mejor vestidor; todo lo mejor en pocas palabras pero sin esfuerzo, por favor esfuerzo el mínimo.

Perdona, pero yo no tengo a quien venderle lotería de navidad; perdona, pero yo no tengo tiempo para ayudar en los montajes; perdona, pero a la hora que se han puesto los cultos yo no puedo venir; perdona, pero me viene mal ahora contribuir a la bolsa de caridad; perdona, perdona, perdona..... Estás son las excusas que solemos argumentar para justificar nuestra falta de compromiso con la Hermandad, eso sí, hasta el momento "fashion" entonces maric... el último: ¿dónde nos sentamos los viejos en la función o el pregón?, ¿dónde nos sentamos los antiguos miembros de junta?, ¡oye! ¿atiendo yo a las representaciones o autoridades? es que como las conozco, pero sin compromiso, ¡eh!; peleas y carreras por encontrar un hueco en el banco de junta de gobierno. Estas son preguntas y actitudes fáciles de escuchar y ver en los actos culmen de la Hermandad.

Tengamos paciencia, mucha paciencia que nos irá mejor en todos los aspectos dentro de nuestras Hermandades.

Luchemos por la dignidad, seamos comedidos en los gastos y generosos en nuestras ayudas a los más desfavorecidos, seamos humildes y serviciales y el tiempo todo nos lo concederá con la ayuda de Dios.

Ahí queó, ¡miarma!
Hasta otra entrada.

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