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30 oct 2010

SINDICALISTA DE VERDAD

Coherencia: 2. f. Actitud lógica y consecuente con una posición anterior. Lo hago por coherencia con mis principios

Esta es la palabra más repetida para elogiar lo que, creo realmente, ha sido la vida ejemplar de un trabajador, en el más extenso sentido de la palabra trabajador, como fue D. Marcelino Camacho.

Coherente: 1. adj. Que tiene coherencia.

Esto es lo que dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española sobre la actitud que estamos asignando a D. Marcelino en los homenajes posteriores a su muerte, pero para mí se queda corto, muy corto. Como dice el gran bloguero Jesús Cotta en su libro: “Ulises y las sirenas EL DILEMA DE LA INFIDELIDAD” (aunque refiriéndose a la fidelidad, creo que es aplicable como filosofía de coherencia) -pero yo sigo preguntándome qué demonios significa eso de fidelidad a uno mismo. ¿Hacer lo que quiero o lo que debo?-  para seguir diciendo: -la fidelidad a uno mismo es una grandiosa fatuidad que disfraza de ética el egoísmo y la cara dura- y continua con –Nuestra época ha encumbrado valores como ambición, autorrealización, autocreación, autenticidad, rebeldía, libertad, placer… más nobles unos que otros, estos valores tienen en común que entronizan el yo.- Y aquí es dónde yo quería llegar.

Esto anterior que se podría aplicar a toda nuestra clase dirigente, y política más en particular, no tiene sentido si no está encaminado al engrandecimiento de los demás, a la entrega por los otros y en definitiva por la mejora de la sociedad.

Marcelino vivió su coherencia hacía los demás, sufrió y padeció para entregarse a los demás y tratar de mejorar la vida de los obreros que tan difícil era para él y para todos los que vivieron aquellos años duros de la España más oscura y vengativa que tanto explotaron los vencedores; hoy algunos de su partido se dedican a pegarse mariscadas en vez de seguir su ejemplo. Esa fue su grandeza y por eso en su caso sí está justificado el calificativo que tan degradado está en los tiempos actuales.

Es mentira lo que dice el Sr Fernández Toxo, actual Secretario General de CCOO, de que el sindicalismo actual es el que ayudó a crear Marcelino, nada más lejos de la realidad. Él no dejó de vivir en el mismo sitio, él no dejó de vestir la misma ropa, él no dejó de dar el mismo discurso, él no se avino a claudicar ante el poderoso.

Él sí fue congruente consigo mismo para luchar y tratar de conseguir el bienestar de todos y es lo que lo hizo grande entre los grandes.

Descansa en paz compañero, te lo has merecido. Tu cielo se fraguó en cárcel y destierro y lo disfrutaste en vida viendo lo conseguido con tu sacrificio y el de otros muchos que como tú se dieron por satisfechos con la difícil misión cumplida. Tú no creías en ningún dios; yo sí creo en Jesucristo y estoy seguro que estarás con Él pues, dio su vida por los demás y también, como tú, sufrió destierro y escarnio en su propio cuerpo.

6 comentarios:

El alegre "opinador" dijo...

Descanse en paz.
Ya le gustaría a Toxo que las CCOO de hoy en día llegasen a la suela del zapato a las originales que creo D. Marcelino.
Hoy, el sindicalismo en España es un mal chiste.
Saludos.

ANTONIO SIERRA ESCOBAR dijo...

sólo puedo añadir, AMEN y nunca mejor dicho: DESCANSE EN PAZ.

impresiones de una tortuga dijo...

Pienso lo mismo que vosotros sobre los sindicatos de ayer y de hoy.
Para mí, ser coherente es actuar igual que piensas, porque es muy facil el "bla, bla, bla" y después...
Descanse en paz. Saludos.

P. D.: Te he contestado en mi blog a tu pregunta sobre mi viaje a Jédula, espero tu respuesta a la mía.

Lola Montalvo dijo...

Este señor fue el último de una especie en extinción... la de aquéllos sindicalistas que de verdad tienen ideales y los defienden con uñas y dientes con coherencia, tal como muy bien recalcas en tu entrada. No veo yo a los de ahora, como a este señor.
Me uno al deseo general de esperar que este hombre descanse en paz.
Besos miles

Juan Carlos Garrido dijo...

Y nunca se cambio de chaqueta (entre otras cosas, porque no las usaba).

saludos.

Olga Bernad dijo...

No sé si el sindicalismo de ahora tiene algo que ver con él, sé que es fácil meterse con los grupos de personas, así en general: con los curas, con el ejército, con los políticos, con los sindicalistas... y además no da ningún problema, porque es como no decir nada. Yo he conocido gente muy digna en todos esos grupos, y es en la que suelo pensar. Me gustan tus entradas porque no caes excesivamente en los estereotipos y nos hablas de personas. En cualquier caso, las condiciones de trabajo mejoraron para mucha gente por el esfuerzo y la lucha de algunos más que de otros. Pagaron con cárcel, destierro y desprecio de mucha gente. Es justo reconocer al menos eso.
Descanse en paz.