Volvemos a la falsedad en las Hermandades y por tanto en la Iglesia. Sí, a ella volvemos otra vez los que nos llenamos la boca llamándonos: cristianos, católicos, apostólicos y romanos.
Parece que a nadie le prestó servicio D. Ernesto Muñoz López, tampoco a ninguna Hermandad y menos aún a la Iglesia de Sevilla. No he visto ninguna esquela reclamando una oración para él, ni de la Iglesia, ni tampoco de ninguna de las Hermandades en que era hermano de número o ejerció su sacerdocio. Al menos en la Candelaria fue hermano, además el único cura que he sabido que pagaba su cuota “religiosamente”.
D. Ernesto era un hombre que pocas veces se negaba a la propuesta de las Hermandades, así no era difícil verlo ejerciendo de Preste en cofradías vestido de cura a la antigua usanza con manteo y todo. Tampoco era difícil verlo revestido con una capa pluvial antigua de las que pesan “un quintal” portando al Santísimo en una procesión Eucarística o de impedidos con las calores tempranas y a muchos despidió con la última oración en el tanatorio de la SE-30.
Estuvo un tiempo en San Nicolás y Sta. Mª la Blanca, auxiliando a D. Francisco Barragán, y con toda la gente de la Candelaria, que andábamos por allí entonces, el trato siempre fue amigable y amable.
Era un hombre afable, de fácil trato y cariñoso. El tiempo en que lo traté, la verdad es que no fue mucho, nunca observé en él ningún comportamiento raro, y las personas que lo conocían y tenían más confianza con él tampoco nunca hicieron ningún comentario al respecto.
Se que asistió, y bien, a hermanos enfermos de la Candelaria. Hoy seguramente los familiares de estos enfermos renegarán de él. Yo, por el contrario como siempre, no reniego de él y le agradecí siempre, y le agradeceré de por vida, que bautizara a mi hijo Jesús de la Salud y se esforzara porque la ceremonia fuese bonita y emotiva. No fue fácil, pues Jesús se bautizó con unos cinco meses y le lanzo el chupete, con bastante mala uva, cuando lo alzó para presentarlo a nuestras Sagradas Imágenes en la capilla Sacramental.
Siempre he respetado a cuanto homosexual he conocido y conozco, él no será menos por esa condición, si es que en realidad lo era. La Iglesia está condenada a redireccionar el voto de celibato, no tiene sentido que en el siglo XXI siga siendo imprescindible mantener esa falsedad y ese sin sentido para ejercer el sacerdocio.
Prefiero que el sacerdote que me auxilie en mi religión sea una persona sexualmente satisfecha y realizada a que sea un reprimido enfermizo. Prefiero un cura casado, un cura maricón o un cura festero y valiente que sea coherente con la fe, con la educación y las formas que a un reprimido sexual.
Que sepamos, oficialmente al menos, lo único que pesa sobre él es la acusación de ser homosexual; tan fiable como que es realizada por dos asesinos confesos ante la policía; que saben lo tendrán fácil ante la Justicia al no tener testigos y haber negado ya su declaración ante el Juez.
Descanse en paz D. Ernesto, y sepa que con mi afecto puede seguir contando.
11 comentarios:
Esta noche yo rezo por Don Ernesto porque si tu dices que era bueno para mi es suficiente, aunque seguro que Nuestro Señor sabe lo que había en su corazón y lo que hay en los nuestros.
Es muy facil calumniar a un muerto sin que nadie de la cara por él, tu la das y a mi me parece muy bien.
Yo particularmente me atengo a lo que la iglesia catolica apostolica y romana dice respecto a los requisitos para ejercer el ministerio del sacerdocio pero todos somos parte de la iglesia y si queremos algo cambie cambiará (mientras no sea dogma de fe) y de lo que hoy se trata no es el caso.
Estas son las entradas que me gustan ami , simplemente te mando un 10
Un fuerte abrazo
En realidad, todos somos falsos, en una u otra medida, hasta el punto de que uno llega a plantearse si lo único auténtico es la falsedad.
Saludos.
Ante todo la opersona; la calidad humana y el ejercicio de la fe practicada con el ejemplo. Lo demás son fachadas, "sepulcros blanqueados" como decía el maestro. Teatro. Un cariñoso saludo.
Antes de nada, expresar mis deseos de que descanse en paz, allá donde se encuentre.
Sobre la no publicación de esquelas... pues imagino que se debe a las noticias que han ido publicando los medios sobre lo acontecido. A mí ni me va ni me viene lo que haga un sacerdote cuando esté en su casa, siempre y cuando no escandalice a los niños.
Saludos.
Yo no lo conocí, no sé si alguna vez coincidí con él en algo, puede que sí.
Tenemos dos cosas seguras, nadie es sólo como lo conocemos de cara a la galería, y todo el mundo merece respeto.
Pero sabiendo el pelaje de muchos no es raro que ahora renieguen de él…
No sé si esto será uno de esos asuntos que nunca llegan a exclarecerse, también sé que si tiraran de la manta de más de uno se tambalearían los cimientos de la Metropolitana, y ya me callo, que entre esto y mi columnita de hoy, voy sobrada en meter el dedito en la herida…
Kisses y felicidades por ser siempre fiel a ti, que aunque sería lo deseable, no todo el mundo es capaz.
Descanse en Paz.......completamente de acuerdo Rafa
D. Rafael, con tus entradas enseñas a ser cristiano, creyente o lo que tu quieras. La Iglesia de verdad está en las personas, en los seres humanos, y al final somos eso: seres, y algunos incluso humanos.
Un saludo y descanse en paz en su cielo este sacerdote.
Me interesa el buen hacer de las personas y no con quién comparten su cama. En lo relativo a la Iglesia, no me gusta como institución, ni comprendo muchas de sus normas, pero sí respeto y mucho a las personas y a sus creencias. Creo que lo mismo tienen derecho unos de creer en Dios, que otros en Ovnis. Para mí, la verdadera religión está en la persona, en su forma de actuar, de ver la vida, de rezar cuándo y dónde quiere, de ser generoso con los otros y no en acudir a una iglesia cada domingo. Ser cristiano es eso que tú haces, ver por encima de habladurías, lo bueno de las personas, sin importar nada más y rendir el justo homenaje que se merecen cuando se marchan de esta vida. Un abrazo.
Descanse en paz Don Ernesto. Por lo que cuentas la injusticia se cebó con él sin pruebas ni motivos. Estoy segura que desde donde está, totalmente libre, perdonará a los que los han traicionado.
Un abrazo
Verdial
«Prefiero que el sacerdote que me auxilie en mi religión sea una persona sexualmente satisfecha y realizada a que sea un reprimido enfermizo. Prefiero un cura casado, un cura maricón o un cura festero y valiente que sea coherente con la fe, con la educación y las formas que a un reprimido sexual»
Me quito el sombrero ante esta afirmación, Rafael. Creo que con esta frase resumes un mundo de mierda e hipocresía que ha teñido y tiñe a la iglesia. No conocí a ese sacerdote, pero debía ser un hombre muy especial. Ante una buena persona ¿qué cuernos importa su condición sexual? Y además: «acusar de homosexual».. ¿es que ser homosexual es un delito? ¡¡¡Pues anda que no hay heterosexuales capullos y desgraciados!!!
Perdón por los palabros, Rafael.
Me ha gustado esta entrada, muchísimo, y dice muhco de ti, de tu valentía y honestidad. Besos miles, de corazón.
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