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28 jun 2010

NI CLUB SOCIAL, NI PEÑA DE AMIGOS

Sí, efectivamente, nuestras Hermandades no son ni una cosa ni otra. Nuestras Hermandades son Asociaciones de fieles destinadas a dar culto a Dios a través del cumplimiento de los Mandamientos, bajo las normas de la Iglesia y las enseñanzas emanadas de los Sagrados Evangelios, y por mediación de nuestras Veneradas Imágenes.
Por lo tanto, y siempre que aceptemos que lo recogido en el anterior párrafo es el fin perseguido y cierto, podremos conseguir procesiones maravillosas, cofradías numerosísimas, ágapes fastuosos, tómbolas divertidísimas, visualizaciones de partidos súper numerosas en asistencia de hermanos e incluso, también, podremos hacer maravillosas obras de arte para engrandecer y dar mayor boato al culto ofrecido a Dios y su Bendita Madre, apreciables obras de caridad, y todo lo que queramos añadir, pero estaremos olvidando lo principal y más importante.
No es bueno, opino yo, que nos preocupemos y seamos capaces de reunir a un buen número de hermanos, familiares y allegados para “asuntos sociales” celebrados en nuestras Instituciones; para asegurarnos los quórum en votaciones a Hermano Mayor o en Cabildos Generales donde se debatan asuntos conflictivos y difíciles de sacar adelante, “benditos costaleros, que bien venís”; ni para ver el gran triunfo, o derrota, de la ROJA en nuestras casas de hermandad siempre que no pongamos el mismo empeño en conseguir asistencias similares a los Cultos programados en honor a nuestros Titulares y más aún al Santísimo.
Podremos hacer entrega de dinero, comida, ropa, ¿yo qué sé?, a los necesitados pero si conociendo que un hermano de la Hermandad está enfermo no lo llamamos, al menos para preocuparnos por su problema y consolarlo, estaremos fallando de bulto.
Es lamentable que asuntos importantes de nuestras Hermandades, pero no conflictivos, se aprueben por Cabildos Generales con asistencia de menos de diez hermanos de número y cinco o seis miembros de Junta de Gobierno. Es lamentable la asistencia a triduos, quinarios, novenas, etc., de un número máximo de treinta personas entre miembros de Junta, hermanos de número, feligreses y devotos y que no nos preocupemos o alteremos demuestra en el error que estamos, ¡cuánta vergüenza me dan las procesiones Eucarísticas con más músicos que participantes!
Ahora nos mostramos muy preocupados por la seguridad de Nuestras Imágenes a tenor de lo ocurrido al Señor de Sevilla en su Casa de San Lorenzo. No todos debemos tener el mismo miedo y preocupación pues, como bien dijo nuestro Arzobispo el día del Corpus en la homilía, nuestras Sedes, muchas, están cerradas a cal y canto y es imposible acercarse a la Imágenes aunque sea para buscar el consuelo de su presencia. Ya, para qué decir, de buscar el Sacramento de la reconciliación o la consulta a nuestros Directores Espirituales.
En fin, para que seguir. Todo esto se me ha venido a la cabeza cuando he visto en la “prensa morada” la convocatoria, destacada, de una querida Hermandad buscando audiencia para ver el partido de España mañana martes en sus instalaciones, donde los jóvenes explotarán el ambigú en beneficio de sus obras y las llamadas que he recibido de "amigos" avisándome que el miércoles hay elecciones en mi Hermandad de la Candelaria.
Ahí queó, ¡miarma!, hasta otro día.

9 comentarios:

@ManoloRL dijo...

Esto es lo que hay, desgraciadamente no da para más...
Saludos

Verdial dijo...

También opino que desgraciadamente en ciertos casos no se puede pedir más.
Y es que no todos estamos hecho de la misma madera.

Un abrazo

X dijo...

Lo primero es lo primero, y una hermandad es una hermandad. Para ver el fútbol con los amigotes hay mil bares, con Dios o sin él, digo yo.

La verdad esta ahi fuera dijo...

En mi opinion lo que hacen las hermandades esta muy bien, desde los cultos y caridad y formacion, hasta que sus hermanos compartan un rato de convivencia viendo un partido de futbol (¿y por que no?).
Y se podria hacer mucho mas y con mucha mas participacion.

El problema es que no deben quedarse ahi. Deberian ser un lugar adecuado para encontrarse con Dios, y en demasiadas ocasiones se pierden en lo secundario, en vez de ir a lo principal.

Ojo, los responsables de esto somos los propios cofrades (en distinta medida) unos por accion, otros por omision, otros por desidia... por motivos varios.

Para mi esta claro que siempre habra quien no pueda desplazarse a la sede canonica de su hermandad con cierta asiduidad por motivos varios: lugar de residencia, trabajo, obligaciones familiares... pero debemos reflexionar sobre cuantos fueron perdiendo el vinculo con su hermandad al estar desengañados con el tufillo que desgraciadamente las rodea y se conforman con acudir a su casa (porque no lo olvidemos la sede canonica de nuestras hermandades es nuestra casa) en dias contados (quizas tan solo para retirar la papeleta de sitio y hacer la estacion de penitencia)

Un abrazo

Fernando

Juanma dijo...

Un compromiso serio, acorde y fiel siempre es difícil. En esta entrada haces uso de un sentido común extraordinario. Enhorabuena.

Un fuerte abrazo.

Unknown dijo...

Eso, precisamente, es lo que siempre me ha echado para atrás a la hora de meterme más en mi hermandad (o en otra). Entiendo que, como dice "la verdad..." es razonable y bueno que haya ratos de convivencia y camaradería, pero en muchos casos ésto solo sirve para que los círculos se cierren más y, habñando claro, aparezca el manido "mamoneo" (perdón por las palabras).
En fin, cada cosa tiene su momento. Y su sitio.

Saludos.

Lola Montalvo dijo...

Supongo que a muchos se les olvida el origen cierto de las hermandades, fin último que les dio origen en su día. Dice mucho de ti esta entrada que muestra tanto de lo bueno que tu corazón guarda. Besos miles

Juan Carlos Garrido dijo...

No es nuevo lo de mezclar lo humano y lo divino. Y Jesús expulsó a latigazo vivo a los mercaderes del templo.

Saludos.

Antonio dijo...

Conoces bien a las hermandades por dentro.
Tus palabras están llenas de coherencia. La que falta en la mayoría de nuestras juntas.

¡Claro que hay que reunirse y sociabilizar! No se puede dejar nunca este aspecto pero limpiándolo de sospechas y huyendo de las cercas a estos cotos cerrados...


Ahí soy un lego ya que simplemente soy un capirotero con inquietudes.

Me alegra mucho pasarme por aquí.
Un abrazo
Antonio