Difícilmente leo prensa escrita los días laborables, no me da tiempo. Sí suelo ojear las noticias en páginas web de prensa: ABC, Correo de Andalucía o Diario de Sevilla, cuando llego a casa por las noches. Cuando entro no suelo leer opinión, salvo rarísimas excepciones en las que busco alguna reseña que me encuentre en algún blog o cualquier otro medio.
Hoy, haciendo espera para pasar la ITV del coche, y mientras tomaba un cafelito en Utrera, ha caído en mis manos el Diario de Sevilla. Ojeando el mismo, me llamó la atención el título de la columna de D. Carlos Colón: NACE MARZO.
Sorpresa grande pues está dedicado, mayormente, al encuentro que realizan las hermandades de San Bernardo y La Candelaria, bajo el bonito sol primaveral, las tardes de Miércoles Santo en la plazoleta de Jesús de la Salud delante de la iglesia de San Nicolás.
Debajo de esos azulejos, desde los que nos ven pasar la vida, pues Ellos, nuestro Chiquitito y su Bendita Madre, son la vida misma; ¿qué mayor vida que la Salud y la Candela o Luz?, los candelarios, esperamos con ansias y fruición a nuestra querida Hermandad de San Bernardo.
Os puedo asegurar que no es un encuentro más para ninguno de nosotros. Yo, que ya me puedo ir considerando un hermano candelario antiguo, he pasado de cuarenta años de hermano, y viejo, pues ya tengo más de cincuenta y cinco desde anteayer, tengo un motivo especial: San Bernardo fue mi Hermandad de niño, como ya conté algún día en este blog. Pero de generación en generación se va pasando un testigo inmaterial de la unión entrañable de las dos Instituciones. ¡Que gozamos cuando vemos a nuestros hijos, trajeaos y repeinaos, acompañándonos en la dulce, aunque larga, espera! Qué bien lo explicaban candelarios buenos como: Manolo Campos, Manolo Luque, ausentes, o lo hacen ahora Antonio Fernández, Juan Luis Francos y tantos otros candelarios con raíces en ambos barrios.
En el cuarto párrafo del artículo, D. Carlos Colón, hace una evocación idealizada en la que se figura el, que podría ser maravilloso, tintineo de los dos palios a los sones de marchas de Morales y Marvizón tocadas por la banda de la Cruz Roja. Pues mirad, ese tintineo de palios habemos quienes lo hemos disfrutado, os cuento seguidamente.
No sé deciros si en el primer año, 1976, o en el segundo de existir la cuadrilla de palio de la Candelaria, 1977, estábamos algunos costaleros, no más de 15 o por ahí, que recuerde: Fali Pastrana, Andrés Moreno, Ignacio Gómez, Eduardo Ferrer, Manolo González, Rafael González, Pepe Raposo, Ramón Aramburu, Ramón Castro, Antonio Paz, Alfredo Álvarez, yo, y no sé si alguno más; que me perdone el que pueda faltar. Venía la Señora de San Bernardo a la altura del Monte de Piedad cuando empezó el runruneo: ¡vamos a mover el paso de palio!, ¡vamos a levantar a la Virgen!
De la junta de Gobierno estaban que recuerde: Ramón Ybarra, Fernando Piruat, Juan Zorrilla, Manolo Campo, Manolo Luque, Rafael Reina, Antonio Pavón, Rafael Tejada y Félix Roca. ¡Ni se os ocurra!, ¡hasta ahí podíamos llegar!, ¡eso es una locura!, ¡eso no puede ser! y así una larga ristra de exclamaciones, pero nadie decía NO categóricamente. A Ramón Ybarra, que para esas cosas era único, se le empezó a alegrar la cara y, como decía Carlos Tejado, a brillar la calva. Ya no había remedio para el desaguisado, ¡a por Ella! Fue lo último que se escuchó en la puerta y antes de darse cuenta nadie ya estábamos debajo de su paso.
Sin “ropa”, con zapatos de calle y tal como estábamos trajimos el paso de la Virgen al cancel de la iglesia y nuestras Madres se dieron el saludo más bonito que se han dado nunca a los sones de un interminable: Pasan los Campanilleros del Maestro Farfán. Aquello fue, para nosotros y quienes tuvieron la suerte de verlo, de los momentos cofrades que no se olvidan.
¿Fue correcto? Seguramente no. ¿Fue oportuno? Seguramente tampoco, pero sí os puedo asegurar que fue una bonita locura de la que tan necesitada están las Hermandades en muchos momentos. Allí no hubo protagonismo de nadie, allí lo único que hubo fue un puñado de jóvenes cofrades que gozaron con el beneplácito y la aquiescencia de unos mayores que les dejaron hacer los que en aquel momento les pidió el corazón.
La Hermandad de La Candelaria fue multada, como entonces se estilaba, por el Consejo General de Cofradías y se le retiró una parte de la subvención que le correspondía cobrar aquel año, se puede comprobar. Quién se chivó, aún hoy, sigue siendo incógnita pues no existe documento grafico de aquel momento ni salió publicado en las escuetas notas de prensa que entonces se emitían.
Don Carlos, su sueño imaginado fue una bonita y loca realidad para muchos. Que nuestras Madres: Refugio y Candelaria nos lo premien o nos lo demanden conforme nos vaya llegando la hora del recuento de dones, en sus manos estamos.
Hasta otra.
7 comentarios:
Nuestras Madres os lo premiarán seguro, porque el acto os salió directamente del corazón.
Que bonitos recuerdos lleváis en el alma, imagino que la junta de Gobierno disfrutó del momento a pesar de todo.
Un abrazo
pd: Espero que pasaras bien la itv.
Amigo Fali.Pues no os lo van a premiar miarma!.Si son esos momentos cargados de emoción y de verdad, los que solo ocurren muy de cuando en cuando, los que hacen totalmente única y justificable nuestra condición de cofrades, y los que dan vida a nuestra Semana Santa.Un abrazo
Rafael; precioso...ya te contaré algún día (aunque pueda que lo sepas,por cercanía) el milagro que nos hizo a los costaleros del Cristo de San Esteban, la bendita Reina de la Candelaria. Un abrazo.
Me supongo que te refieres al accidente de la calle San José, Antonio. Yo estaba allí y ayudé a llevar el paso hasta San Esteban.
Recuerdo de aquella noches es la cartela que va en vuestro paso de Cristo con un detalle de nuestro Nazareno. Tuve mucho contacto por aquella época con hermanos de San Esteban: Lirio, Antonio Carmona, Carlos, Mundi, Paco el del bar ¿Mezquita? y otros muchos costaleros y hermanos. Eran otras formas, simplemente.
Un abrazo
La ITV cada día más difícil, yo creo que en cuatro años no he acelerado nunca el coche como quieren ellos que le aceleres, no le salen las bielas por los costados de milagro.
Gracias Verdial, un beso.
Muchas gracias Tritri, yo también creo que es bueno que el corazón mande en muchos momentos.
Un abrazo
Esos momentos no tienen precio, Rafael, ¡qué más dá que los demás no lo entiendan!.
Un abrazo.
Aunque yo no formo parte de este mundillo que tan bien narras... ¿sabes qué, Rafael? Transmites tanta pasión, tanto calor que se levanta la piel al leerte. Creo que de ti brotan cosas buenas. Besos miles
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