Hace tiempo que quiero exponer mi punto de vista, sobre el asunto tan del día a día en los noticiarios y artículos de prensa, sobre el problema de la ampliación de la edad de jubilación de los trabajadores.
A mí me parecería bien esa ampliación si estuviésemos en un país con pleno empleo. Está claro que ese no es el caso, cuando ahora mismo estamos hablando de que en España hay casi cinco millones de parados o, más correctamente dicho según los criterios emanados de la Junta de Andalucía, personas desocupadas. Un inciso: si contabilizáramos como parados a todos los desocupados, entre ellos a los políticos y empleados gubernamentales, elegidos a dedo, sería para volverse locos.
Por lo tanto, no tiene mucho sentido que mantengamos a una juventud sin poder entrar en el mercado de trabajo y se esté diciendo que la ampliación de la edad de jubilación, es precisamente para arreglar el estado del sistema en el futuro y no el del estado actual.
También es objeto de diálogo y discusión el periodo temporal a tomar para realizar el cálculo de las pensiones, actualmente en quince años y que se pretende pasar a veinte.
Yo siempre defenderé que cualquier prestación derivada de unos derechos adquiridos a través del trabajo y por lo tanto de la consiguiente cotización a las cajas del desempleo y de la Seguridad Social, debería ser calculada por el cien por cien del tiempo cotizado y por la cuantía del volumen total económico cotizado durante la vida laboral.
No es por falta de solidaridad como comprenderéis, es simplemente de claridad y preocupación por lo de cada cual. Si esto fuese así, el trabajador se debería preocupar por conseguir cotizar el máximo tiempo y en la mayor cuantía posible pues en su beneficio redundaría; de paso pondríamos más difícil realizar ciertas practicas laborales que sólo provocan estafas al sistema, corrupción del mercado laboral y proliferación de mercados y bolsas de trabajo en negro.
Se me podrá argumentar en contra que: diplomados, licenciados universitarios o graduados de formación profesional, lógicamente se incorporarán más tarde al mundo laboral y por consiguiente se podrían sentir discriminados en cuanto a las posibilidades. Es también normal que yo reclame entonces, que en casos como los anteriores ninguno de estos ciudadanos han resarcido al país por los costos soportados por el resto de los contribuyentes que se derivaron de su formación académica, es justo entonces que vaya lo comido por lo servido.
Al igual tampoco creo coherente que tenga el mismo tiempo de prestación un trabajador que cada periodo dado de alta como cotizante cumpla para el periodo de prestación se dé de baja con la anuencia y acuerdo del empresario y empiece a engrosar la economía sumergida y el mercado negro de trabajadores que desgraciadamente existe en España. No debemos olvidarnos de nuestro ascendente Romano y ya sabemos que ese pueblo fue el no va más de la corrupción y del pelotazo como hay lo llamamos. Por ejemplo: un trabajador con treinta años de antigüedad en una empresa si se queda parado tendrá un tiempo de desempleo retribuido de treinta y seis meses, el mismo que otro trabajador en las mismas circunstancias pero con solo diez de antigüedad.
El mismo ejemplo es válido para el cálculo de la cuantía de la pensión de jubilación, pues un trabajador que haya cotizado quince años tiene el mismo derecho que el que haya cotizado cuarenta años siempre que estén encuadrados en el mismo grupo de cotización.
En ninguno de los dos casos lo veo justo ni equitativo, es más lo veo tremendamente injusto y desmotivador para el trabajador y justificativo para fomentar la picaresca cuando no el golferío en la corrupción de las normas laborales.
Claro que hay otra variante con la que tenemos que contar. Qué político podría defender esta hipótesis cuando ellos por unos cuantos de años que no llegan a diez tiene una jubilación asegurada de tres pares de cojones y el desempleo no lo conocen pues siempre tendrán los privilegios conquistados para un buen puñado de años y además ninguno, salvo rarísima excepción, ha vuelto a su puesto de trabajo al dejar la política.
En fin, que ya estoy otra vez con mis cosas. Voy a preparar un currículum vítae para presentarlo en los partidos políticos a ver si tengo suerte y alguno me coge y me mete en una lista; o en una tonta que al fin y al cabo es lo mismo.
¿Me habrá tocado el gordo ya y o sin saberlo? Os dejo miarmas, que voy a comprobarlo corriendo.
3 comentarios:
Mucha suerte amigo con la lotería y si no, está claro que tendremos que ver eso de meternos a políticos... con suerte, se anima a apuntarse a eso de la política más gente como tú y las cosas mejoran. Felices fiestas y que la suerte te acompañe... Besos.
Rafael, suscribo una a una todas y cada una de tus palabras. Lo has expuesto tan bien y tan claro que nada sobra, nada añado.
Es una pena que nuestra vida como ancianos dependa de una panda de seres con morro que lo primero que tendrían que hacer es bajarse los sueldazos, impedir que los diputados y cargos de gobiernos varios cobren de más de un sitio y quitarse las pensiones vitalicias por 8 años de calentar -jajaja- el escaño... Que nuestra vida futura dependa de seres como éstos me da rabia.
Besos miles, Rafael y un abrazo a todos. Feliz futuro!!
Mu güenas Rafaé. Me alegro de estar por aquí de nuevo, porque venir es leer y leer bien. Que no es poco. Te he dejao un regalito en mi blog de cocina, el Stand By Me (Rezaré) del Silvio. Quiero hacerte partícipe además de mi alegría por la buena acogida que ha tenido la "Navidad Flamenca", un espectáculo que he montado con la gente de la Peña de Huelva, con su poquito de teatro, de baile y por supuesto de cante. Como sé que te alegrarás, pues te lo cuento. Un abrazo de uno que no piensa jubilarse así le pongan delante de un pelotón de fusilamiento. Servidor va a estar dando por culo hasta el final. Hasta pronto, ya volveré con más asiduidad que parece que voy a estar ahora un poco más relajaito.
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