Hace unos días que en la blogosfera hay un tema abordado por varios amigos que es de los que dan yuyu. Me refiero a la muerte.
A mí, con la muerte, me pasa como al legionario del chiste de Paco Gandía, que no le daba miedo de las balas pero sí con la velocidad que venían. No me da miedo la muerte, pero sí me preocupa mucho como llegue la misma. En mi gente cercana ha habido de todo: mi madre y mi suegro larga y penosa; mi hermana muy penosa pero de media velocidad y la de mi padre que fue fulminante y por lo tanto, es la que considero ideal.
De todas formas, para cuando llegue, ojalá tarde mucho, tengo dada órdenes de las formas de actuación y los procedimientos a seguir. Hay una parte de estas órdenes que los depositarios son mis más directos familiares, a saber: mi mujer, mis hijos y mi hermana; aunque de ésta no puedo esperar mucha colaboración pues, nunca se ha mostrado muy de acuerdo con mis cosas en este sentido. La otra parte del ceremonial está depositada en mis amigos de diario y sobre todo en Andrés y Pastrana que, para estos temas, se lo pintan solo los muy mamones.
Cuando venga a buscarme la parca siempre le pido a Dios que venga rápida y por derecho, aunque soy consciente de que Ellos tienen cosas más importantes de qué ocuparse que de la forma de mi postrer viaje y por lo tanto aceptaré, de buen grado pretendo, lo que para mi tengan previsto.
La primera orden es solidaria, que se aproveche de mi cuerpo todo lo que sea aprovechable. Por el contrario, no quiero que mi cuerpo se aproveche para la ciencia; de siempre me ha dado mucho por el culo, las historias que cuentan que se traen los futuros Médicos con lo que ellos llaman “sus muertos”.
La segunda está clara, que mi última indumentaria sea la túnica nazarena blanca de mi Hermandad de la Candelaria. No es que no quiera y sienta al ruan del Calvario pero mi vida cofrade se ha centrado siempre en San Nicolás de Bari y, está claro, el blanco es más alegre.
La tercera, que me den tierra junto a mi padre y mi madre en el “chalé” que tenemos en el cementerio de San Fernando. Allí, en el último momento, que estén nada más que los íntimos, por favor.
La cuarta, lo referido al velatorio. Tiene que ser un velatorio de categoría: con sus copas, sus tapas, sus cubatas, por favor que no falte el aguardiente, su cachondeo, sus chistes, sus risas y sobre todo que se cuenten mis cosas agradables si alguna he propiciado en mi vida que sé, positivamente, que existen y seguramente sigan viniendo otras. Lógicamente después del “taponazo”, que siga la fiesta en el bar Goma, si permanece abierto, y si no en el Tendido 11 o alguna taberna similar. Agradeceré una buena “papalina” de algún doliente.
La quinta es en la que entra Andrés. Me gustaría una Misa de corpore insepulto, a ser posible, en la Capilla de mi Hermandad delante de mis Veladores. Hasta allí me gustaría llegar sobre los hombros de costaleros que hayan trabajado conmigo en las trabajaderas o a mis órdenes de capataz, andando sobre los pies y sonando la marcha Nuestro Padre Jesús. Aquí si soy exigente y quiero despedirme como siempre se ha despedido a los capataces en Sevilla, en esto sí soy orgulloso. A la salida que suene Hermano Costalero.
Nada de lo anteriormente relatado es fruto de una “tajá”, de un momento de locura o una paparrucha. Es algo que tengo tremendamente madurado y también para mí, es terriblemente serio. No hay nada morboso en ello pero sí quiero ser el protagonista principal en mi entierro. En este momento sí, quiero todo el protagonismo para mí.
Ea, hasta otra que seguramente será de un tema más agradable, me voy para la cama que empieza a ser tarde para mí.
¡Adiós miarmas!
15 comentarios:
Lo dejas todo atado y bien atado. Eso está bien, que luego las cosas van muy rápidas.
Un amigo nos dijo hace tiempo que para una fecha tan señalada quería sucesivas entradas y salidas al nicho a los sones de Pasan los campanilleros. Por la banda no habría problemas, es algo que ya está hablado, pero a ver quién es el guapo que se pone a arrastrar al mastín.
Saludos.
No digas adiós, miarma, que parece que te estén vistiendo ya de nazareno. Eso, dentro de mucho mucho tiempo...
Vale, mu bien, to perfecto, mu bien organizao. Yo me tomeré una cervecita fresquita a tu salú y cuando estes donde tu quieres estar dentro de un porrón de años, sigue deleitandonos con tus entradas angelicales. Esto último suena cursi pero hay que tomarselo con buen humor. Por cierto, los Jardines de Murillo se quedarán esperandote los Martes, pero mas de uno estaremos allí.
Rafael, como me temo que yo soy uno de esos "lagarteranos" que te han traído este agradable tema a la cabeza, te dejo este ENLACE por si te inspira alguna petición adicional.
A mí me has dejado impresionado, después de leerte he decidido hacer testamento y estoy empezando a escribir, de momento me he centrado en especificar el tipo y tamaño de los velones, morados, que espero coloquen alrededor de mi caja ...
Un fuerte abrazo amigo
¡que arte -mi arma-! coincido contigo en los detalles del óbito, aunque cambiando algunos matices de la color de túnica. Lo has descrito mejor que las sevillanas del Pali. Un abrazo.
De yu yu nada, sólo es otro paso más que debemos dar...
Saludos.
Manolo
Fali, miarma:
No se si en Sevilla habrá en su día otro entierro con más lujo, pero con más arte y más sevillanía que el tuyo, que Dios quiera que sea dentro de muchos años, seguro que no.Un fuerte abrazo.
Uff, pues me pasa como a tí, que me da un poco de yuyu. Pero vamos, que tú, con el yuyu y todo, bien que lo has madurao. Eso del velatorio con las tapitas y el aguardiente dice mucho del arte que tienes.
Mira, yo te deseo que sea todo tal y como quieres...pero que sea cuanto más tarde mejor.
Un abrazo con el corazón encogido.
Uff, pues me pasa como a tí, que me da un poco de yuyu. Pero vamos, que tú, con el yuyu y todo, bien que lo has madurao. Eso del velatorio con las tapitas y el aguardiente dice mucho del arte que tienes.
Mira, yo te deseo que sea todo tal y como quieres...pero que sea cuanto más tarde mejor.
Un abrazo con el corazón encogido.
Me ha parecido,estupendo, se vé que no te ha salido de pronto síno que te lo has currado bastante, creo que has implicado a mucha gente, no quiero verlo, pero que pase mucho, mucho tiempo. Yo quiero incineración y que repartan las cenizas por la serranía de Huelva, por los Picos de Aroche, concretamente, los conozco bien y creo que por allí se está más cerca de Dios. en mi funeral quiero que suene, "Vidas Maravillosas" de "Stin" (no sé cómo se escribe, pero sé lo que significa para mí ésa canción)y El Bolero de Ravel. Queda dicho, pero lo voy a escribir en una carta (me has dado una idea). Saludos.
En ese sentido sólo AdP, que otras cosas seguro quedan más al tun tun.
Entradas y salidas no, que tenemos que cumplir con el horario y sino empezamos con el mamoneo y es un no acabar nunca.
Saludos.
Hombre Capitán nada más que la cara del gachón ya tira para atrás.
Lo de tu señora no puede ser, que entierro más triste joé, dile que se lo piense mejor que no sabe lo que se va a perder.
Un abrazo
Hombre Natural, esta claro lo mejor es cada uno con sus colores. Lo del pali era como el "trailer" que ponían en los cines de verano.
Un abrazo.
Claro Comandante X, que tarde una hartá. Yo no tengo prisa ni nadie que me la meta.
Un abrazo.
Gracias Naranjito, por esa cervecita fresquita pero salud me quedará poca, mejor por mi descanso.
Mientras estén Ellos en los Jardines seremos muchos los que esas noches "volveremos" para disfrutar.
Un abrazo.
Hombre Manuel, reconoceras que si no yuyu su cosita si tiene el tema.
Un abrazo, pensando en unos ojos verdes maravillosos.
Tritri, con más lujo seguro que habrá muchos. Ahora, con más mollate y con papalinas más gordas que las que se verán en el mio seguro que cuesta trabajo encontrarlo.
Un abrazo, amigo.
Tranquila Verdial, si Dios quiere, yo espero que tarde mucho.
Lo que pasa es que en esta vida hay que ser previsor.
Un beso.
Tortu, como con el tema de tu blog lo importante es que esté uno a gustito en ese momento. Si quieres algo especial pues hay que decirlo sin miedo.
Si no lo sabe nadie, tu deseo, seguro que no se cumple.
Un beso.
Jolín Rafael...!! el miedo a las palabras, es algo humano, muy humano. Pero el que se hable como tú lo haces con tranquilidad, con razonamiento, muestra un gran calado moral. He trabajado toda mi vida muy cerca de la muerte y, desde luego aquellas personas que antes de que llegue su hora han podido dejar sus cosas arregladas han afrontado la muerte con más serenidad y aplomo. Espero y deseo de corazón que a ti te quede muchos años y quinquenios.
Besos miles
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