Me sorprende tremendamente la última moda que hemos cogido de hacer responsable de todo a nuestras autoridades. Yo no niego que son muy responsables de muchas de las barbaridades que estamos padeciendo actualmente; pero de ahí a quererles endiñar todas las culpas va un abismo.
Tenemos todos los día en prensa de cualquier tipo el tema Alakrana. La verdad es que del caso sabemos poco después de todo lo publicado pues hay datos que o no se conocen o alguien trata, evidentemente, de ocultarlo en su favor o cualquiera sabe con que intención. Al final no está claro si estaba faenando en aguas protegidas, no se sabe quien es el armador o empresa a la que pertenece, no está claro bajo que bandera -pues si llevaba la del pájaro ya me diréis- y así podríamos seguir un buen rato.
Es evidente que también la tripulación del barco debe ser consiente del peligro que se corre en ciertas aguas, de ahí lo que se cobra por esas campañas. Pero nada, los responsables son: el Gobierno, la Ministra del Ejercito, el Comandante de la Fragata, el Sargento que “pesco” a los piratas o los infantes de marina que iban con él, el Juez Garzón, o cualquiera vamos; menos el Armador o el Capitán del Alakrana y por lo tanto ahora lo pagamos entre todos y ya está.
Se que escocerá lo que voy a decir ahora. A los padres de Marta del Castillo los he escuchado acusar y culpar a todo el que se le ha puesto por delante pero no, le he escuchado nunca, decir algo que hubiera sido muy lógico escuchar: somos responsables de no haber tenido mucho cuidado en saber y preocuparnos más del ambiente en el que andaba nuestra hija. Está claro que ellos habían tenido contacto con el presunto asesino de su hija y de poco les había servido. Ahora todos: abuelo, padre, madre, tío, etc., todos saben lo que tienen que hacer todo el mundo pero ellos no fueron muy consecuente con su obligación que digamos.
Igual podríamos decir de los padres de Mari Luz, aún no los he escuchado decir que no es normal que una niña de tan poca edad anduviera sola por la calle ni a la hora que la cogió su asesino ni a ninguna.
Que decir de los soldados profesionales cuando los envían a una misión, maniobra o cualquier sitio. Al final los padres piensan que entrar en el ejercito de profesional es que le paguen un sueldo a un tío o tía por estar unas pocas horas en un cuartel jugando a las cartas en el hogar del soldado o como mucho que trabaje en una oficina o de batidor de un Oficial. Después podremos analizar si la labor del Gobierno en llevarlos a dónde los llevan es coherente o no con la misión que le hemos encargado el pueblo cuando los elegimos para que nos dirigieran, pero de ahí a lo que estamos viviendo va un trecho largo.
Yo cuando me licencié del ejercito tuve dos buenas oportunidades de trabajo para ganar mucho dinero; la primera fue ir a montar unas cintas transportadoras a las minas de fosfatos en Agadir, Marruecos, con la que había caído de marcha verde y como estaban los del Frente Polisario de cabreados por aquella época. La otra era irme de conductor a los camiones de Álvarez Entrena, con la cantidad de ellos que caían en las carreteras por el horario y exigencias que tenían en una época donde no existían tacógrafos ni nada por el estilo, sino sólo las leyes del más fuerte como en el “oeste”. Evidentemente dije no a las dos y aún hoy con lo tieso que estoy y con lo duro que fue, cuando me casé, sacar mi casa para adelante no me arrepiento de esa negativa.
Tenemos todos los día en prensa de cualquier tipo el tema Alakrana. La verdad es que del caso sabemos poco después de todo lo publicado pues hay datos que o no se conocen o alguien trata, evidentemente, de ocultarlo en su favor o cualquiera sabe con que intención. Al final no está claro si estaba faenando en aguas protegidas, no se sabe quien es el armador o empresa a la que pertenece, no está claro bajo que bandera -pues si llevaba la del pájaro ya me diréis- y así podríamos seguir un buen rato.
Es evidente que también la tripulación del barco debe ser consiente del peligro que se corre en ciertas aguas, de ahí lo que se cobra por esas campañas. Pero nada, los responsables son: el Gobierno, la Ministra del Ejercito, el Comandante de la Fragata, el Sargento que “pesco” a los piratas o los infantes de marina que iban con él, el Juez Garzón, o cualquiera vamos; menos el Armador o el Capitán del Alakrana y por lo tanto ahora lo pagamos entre todos y ya está.
Se que escocerá lo que voy a decir ahora. A los padres de Marta del Castillo los he escuchado acusar y culpar a todo el que se le ha puesto por delante pero no, le he escuchado nunca, decir algo que hubiera sido muy lógico escuchar: somos responsables de no haber tenido mucho cuidado en saber y preocuparnos más del ambiente en el que andaba nuestra hija. Está claro que ellos habían tenido contacto con el presunto asesino de su hija y de poco les había servido. Ahora todos: abuelo, padre, madre, tío, etc., todos saben lo que tienen que hacer todo el mundo pero ellos no fueron muy consecuente con su obligación que digamos.
Igual podríamos decir de los padres de Mari Luz, aún no los he escuchado decir que no es normal que una niña de tan poca edad anduviera sola por la calle ni a la hora que la cogió su asesino ni a ninguna.
Que decir de los soldados profesionales cuando los envían a una misión, maniobra o cualquier sitio. Al final los padres piensan que entrar en el ejercito de profesional es que le paguen un sueldo a un tío o tía por estar unas pocas horas en un cuartel jugando a las cartas en el hogar del soldado o como mucho que trabaje en una oficina o de batidor de un Oficial. Después podremos analizar si la labor del Gobierno en llevarlos a dónde los llevan es coherente o no con la misión que le hemos encargado el pueblo cuando los elegimos para que nos dirigieran, pero de ahí a lo que estamos viviendo va un trecho largo.
Yo cuando me licencié del ejercito tuve dos buenas oportunidades de trabajo para ganar mucho dinero; la primera fue ir a montar unas cintas transportadoras a las minas de fosfatos en Agadir, Marruecos, con la que había caído de marcha verde y como estaban los del Frente Polisario de cabreados por aquella época. La otra era irme de conductor a los camiones de Álvarez Entrena, con la cantidad de ellos que caían en las carreteras por el horario y exigencias que tenían en una época donde no existían tacógrafos ni nada por el estilo, sino sólo las leyes del más fuerte como en el “oeste”. Evidentemente dije no a las dos y aún hoy con lo tieso que estoy y con lo duro que fue, cuando me casé, sacar mi casa para adelante no me arrepiento de esa negativa.
Seamos consecuentes. Carguemos cada uno con nuestras responsabilidades y apoyémonos en la sociedad pero no digamos que nosotros no somos culpables de nada ni tratemos de endiñarles el mochuelo al primero que pase por la puerta.
Está claro que no quiero ofender a nadie, pero es lo que realmente siento. Mi solidaridad y comprensión para todos pero siempre que cada uno le haga frente a su responsabilidad de ahí que quiera que vuelvan pronto los del Alakrana, que se encuentre el cuerpo de Marta y algún otro que hay perdido, que retiremos a nuestros soldados de cualquier guerra, que se juzgue y sentencie al presunto asesino de Mari Luz, que se resuelvan todos los casos de violencia de géneros, ojo digo géneros, que se acabe con la corrupción y con los policías traficantes, en fin que vivamos todos en un mundo un poco mejor y coherente.
¿Qué pensáis vosotros? estáis de acuerdo, o no con mi teoría.
¡Venga miarma, di algo!
4 comentarios:
Muy valiente tu opinión. En estos tiempos en los que solo hay derechos -no obligaciones-; en los que pocas veces se hace autocrítica; y en los que la coyuntura es de pensar que todos somos víctimas de una crisis mundial, y ante eso lo mejor es esperar a que cíclicamente se de la vuelta, en vez de contribuir a voltearla; es valiente decir lo que piensas.
No nos tiremos de la lengua mejor...
Tengo un vecino que le echa las culpa de que su mujé le ponga los cuerno a Chave, eso no puesé miarma...
Coincido con Edward, valiente lo que dices, y muy cierto, no se puede estar en todo, todo y todo.
Un saludaso.
Pues estoy completamente de acuerdo contigo y es más, ya era hora de que alguien mencionara lo del ejército, algo que no me canso de repetir. Los sueldos de los militares están mejor que bien: por algo será. Lo que no puede ser es querer el sueldo de militar pero no entrar nunca en un conflicto. No señor, si te unes, te expones. ¿Que igual no es lo normal, que casi seguro te dedicas a otras cosas? Sí, cierto, pero cuando haya que estar en un país en guerra, antes tú que yo. Que para eso eres el militar. Digo yo.
amen
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