Me sorprendo frustrado
en un camino,
buscando a los deudos con que partí.
Infeliz reclamo a los que elegí,
¡SEVILLA!, mas no veo peregrinos.
buscando a los deudos con que partí.
Infeliz reclamo a los que elegí,
¡SEVILLA!, mas no veo peregrinos.
La “polvarea” me
quiere confundir.
En la senda un lirio, al que han malherido,
entre siseos tenues de cantes idos,
me indica por ese cordel seguir.
En la senda un lirio, al que han malherido,
entre siseos tenues de cantes idos,
me indica por ese cordel seguir.
¡Demando! ¿Qué está
pasando Dios mío?
¿Por qué me encuentro solo y desvalido?
¿Cómo me olvidaron en los que confío?
¿Por qué me encuentro solo y desvalido?
¿Cómo me olvidaron en los que confío?
De este maldito sueño he avivado
por un sudor malo, ensopante y frío.
¡Cosas que suceden, por no haber ido!
No hay comentarios:
Publicar un comentario